A la mayoría de nosotras nos resulta complicado entender qué estoy utilizando realmente en mi piel cuando nos aplicamos un producto cosmético. Listas interminables de términos ilegibles, y que finalmente asumimos que serán beneficiosas.
La tendencia cada vez creciente de la utilización de cosmética Bio y natural, por parte de grandes marcas nos da una pista sobre lo que cada vez demandan más las consumidoras: No a los ingredientes tóxicos y no a los aditivos que sean perjudiciales a largo plazo en nuestra piel.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el INCI, o la "Nomenclatura Internacional de Ingredientes en Cosmética" nos muestran la lista de ingredientes según la cantidad que incluya el cosmético. Los primeros ingredientes, y su respectivo porcentaje, son los principales y así hasta llegar al último que estará en menores proporciones en el cosmético. Un asterisco, y posterior explicación "procedente de la agricultura ecológica", nos muestra la proporción de ingredientes ecológicos o bio incluidos en el producto.
Para ayudaros a entender un poquito mejor los ingredientes, considerados como tóxicos, hemos preparado una lista de sustancias y el nombre con el que aparecen en las etiquetas. De momento os dejamos con tres que seguro podréis encontrar en la mayoría de vuestros cosméticos convencionales:
Parabenes: Conservantes sintéticos que se acumulan en el tejido de la piel a lo largo del tiempo.
Parabenn, methyl parabenn, prophyl parabenn, Isobutyl parabenn...
Solventes: Sustancia derivada del petróleo, típica en la cosmética tradicional y que podemos encontrarlo con el nombre de isopropil.
Alumina: También denominado Óxido de aluminio, demostrado cómo tóxico, además de acumularse a lo largo del tiempo en nuestra piel.
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