Protegerse del sol y tratamientos de reparación

Una excesiva exposición al sol, ha demostrado que tiene efectos directos sobre el envejecimiento prematuro de la piel. Por ello, es importante no sólo hay que protegerse, sino también reparar.

El Sol es una fuente de energía que nos calienta, broncea, nos ofrece esa sensación de bienestar y además participa en la síntesis de vitamina D.  Del porcentaje de luz que nos broncea, es dónde se encuentran los llamados rayos UVA. Estos, aparte de broncearnos, también son los responsables de la pérdida de colágeno de la piel. Siendo cada vez más dañinos, su exposición prolongada es uno de los factores que más afecta al envejecimiento de la piel. Tratar de evitar las horas en las que el Sol es más dañino, beber mucha mucha agua y utilizar una protección mayor de 20, son algunas pautas básicas para prevenir el envejecimiento.

Ya que uno de los efectos de los UVA es la formación de radicales libres, podemos protegernos antes de exponernos al sol a través de tratamientos antioxidantes. Otros productos como los exfoliantes nos ayudan a unificar el bronceado, y los aceites reparadores relajan y calman la piel después de la exposición.